“En la sociedad capitalista, las mercancías se cambian con arreglo a la magnitud del valor, en cantidades independientes de los valores de uso, de su utilidad. Marx investigó la realidad existente; se refería al ser, a lo que existe, no al deber ser… Parece haber una confusión entre el ser y el deber ser. Marx habló de lo que existía en su época: valor, plusvalía, clases antagónicas, lucha de clases, de lo que encontró en su investigación. Eso no era lo deseable, lo que él deseaba era una sociedad comunista en la que desapareciera la enajenación y solo existieran valores de uso y trabajo concreto; por supuesto, los productos se medirían en unidades físicas. Quizá ayude a entenderlo el concepto de riqueza, que como ya se dijo tiene que ver con el valor de uso y no con el valor: “la naturaleza es la fuente de los valores de uso (¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!), ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre” (Marx, K.).
La riqueza, como valor de uso, no es una categoría exclusiva de una sociedad particular. Quizá se podría intercambiar en unidades físicas: X kilos de carne = Y kilos de papa. O de energía, como pensó Podolinski: un producto con x cantidad de calorías por otro, con distinta utilidad e igual número de calorías. Infortunadamente, en el capitalismo esas equivalencias son imposibles.
A estas alturas de la crisis planetaria parece evidente que una sociedad basada en el valor y en la ganancia no es sostenible. No puede serlo por la sencilla razón de que el afán de ganancia es infinito, lo que implica producción y ventas ilimitadas, contrarias a la finitud del planeta. Como dijo Boulding: “quien crea que el crecimiento exponencial puede durar eternamente en un mundo finito es un loco o es un economista” (citado por Vega, 2007, v. 2, 329). La busca ilimitada de ganancias destruye la riqueza natural y, con ella, las condiciones para la vida de la especie humana; “la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre” (Marx, K., t. I, El Capital).
La economía ecológica plantea con razón que la sostenibilidad requiere una teoría que considere las relaciones de la economía con la naturaleza y en ello coincide, en últimas, con la visión de Marx. Pero se diferencian en que aquella lo cree posible en el marco de la racionalidad imperante, mientras que Marx pensó que el prerrequisito para una teoría basada en el valor de uso era cambiar la racionalidad,el sistema económico y social.”
‘Entre la Economía Política de Karl Marx y la Economía Ecológica’ Julián Sabogal Tamayo*
* Profesor de Economía de la Universidad de Nariño (Colombia)